20/12/09

-Ginny, Charlotte solicitó que se le llamase como su familia acostumbra…Chuck.

-Me encantaría, querida mía. Es un diminutivo ciertamente adorable.

-Eso fue lo que mencione, ¿no es así, Chuck?

-Definitivamente estamos más conectados de lo que creemos.

-Aún me pregunto qué crimen cometí para merecer eso- dejó sus ojos en blanco y a continuación desvió su mirada hacia mi-, por cierto Chuck, tu modo de pensar… ¿aun sientes algo positivo hacia Vlad?

Ginny se atraganto en su propio sorbo.

-¿Perdón?

-Para ser honesta, no sé que le sucedió a mi cabeza hace unos minutos- no podía evitar la confusión. Ciertamente me preguntaba el motivo que justificara mi comportamiento antes-. ¿Cómo es que dije eso? ¿Me encontraba muy segura?

-Ciento por ciento de tus hipótesis- afirmo Lorcan tomando lugar a mi lado. Sonrió y aparto los mechones que jugaban en mi frente. Ginny dejo asimismo su lugar, y tomo el asiento a mi otro lado.

-Algunas veces no somos dueños de nuestras propias palabras, ¿me explico?

Asentí.

-De cualquier manera, solo fue una confusión.

Ginny dibujó su maternal sonrisa sobre sus labios y… ¿Qué ocurrió luego? Yo me encontraba justo en medio de ambos hermanos y después… ¿Después había tomado una siesta?

•••

No exactamente.

Estaba a tan solo un parpadear de cometer mi propósito y no entendía el motivo por el que se me hacía más complicado que nunca. Tan solo debía incrustar mis colmillos sobre su pálida carne y succionar toda la sangre posible. Hacía mucho tiempo que no me suministraba de esta forma, sin embargo no lo creí tan difícil. Recordaba cómo hacerlo.

-¿Estás bromeando?- Ginny espetó. Sus ojos inundados en odio se clavaron como una estaca sobre mí.

Nuevamente me acerque a su cuello y continuaban lloviendo dudas dentro de mi mente. ¿Actuaba correctamente? ¿De esta forma tan miserable debía continuar existiendo por la eternidad?

-Así es, Lorcan. Así es como existimos y es así como estamos destinados a continuar en la historia.

-Ginny…

-Sabía que no debía confiarme de ti.

Sus dientes ya rozaban la piel de la joven cuando exclame, perplejo de la escena que se desarrollaría ante mis ojos:

-¡No!- no reconocía el escondite de mis fuerzas pero era seguro que aún yacían en alguna parte muy en mi interior.

-¡¿Qué?!

-Noi nu sunt disponibile sa-l ucida pe domnisoara- si quería tratar con la Ginny que disponía a aniquilar a una inocente en próximos minutos, mejor debía hacerlo en su lengua-, ea mai merita oarecum.

-¿De qué manera, Lorcan?... ¿Entorpeciendo todas nuestras operaciones? Draga, ya te tenemos a ti.

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