Esta vez no habían sido dos palabras las que nos refirieron con lastima los adultos…Estas fueron más palabras y con cierta especie de amabilidad detrás de ellas.
Deje el formulario y el bolígrafo caer al suelo y ahogue mis lágrimas dentro de la palma de mis manos. Samuel compartió un apretón de manos con el médico, quien vio más conveniente que el chico llorase tranquilamente sobre su hombro.
-Gracias…-balbuceó mi hermano dejando escapar un hilo de voz.
Sentí palmaditas sobre mi espalda y me fije en la persona que intentaba tranquilizarme…la joven enfermera con aspecto vampírico, quien sonreía en dirección a mi rostro maternalmente dejando atrás su rencor para con mi hermano y mi persona.
No quería pensar antes de actuar sino tan solo actuar e intentar buscar calor que recubriese el frio que subía por mi espina dorsal una y otra vez, cada vez con más intensidad que la interior. Me resguarde sobre su pecho y seguidamente me envolvió con sus brazos, luchando con el frío que ahora me permitía respirar naturalmente.
El paramédico abrasó a mi hermano tomando el lugar del que médico debía retirarse.
-Lo lamento mucho, en serio- afirmó y volvió a su precipitado trabajo en la sala de emergencias.
-Te traeré un café, ¿sí?-inquirió la chica a quien ahora le relucían unos hermosos ojos color cobre-. También a tu hermano.
Asentí.
Nunca creí que una persona tuviese la capacidad de derramar tantas lágrimas en tan solo un instante. Menos que una persona seguiría firme y con esperanzas de continuar existiendo. Ya no sabía que creer…todo lo que creía cierto y real se había desvanecido en un parpadear…en una ráfaga de segundo.
Bebí un poco del café lentamente. Mi sistema interno agradeció el noble gesto de la enfermera permitiéndome al menos dibujar lo que se hubiese podido interpretar como una sonrisa.
-Gracias, señorita…-aún no conocía su nombre.
-Llámame Maggie…Soy Margaret pero- hizo un pausa y entendió que no era el mejor momento para hacer énfasis en el tema-. ¿Quieres…recostarte un momento?
Sacudí mi cabeza. Aunque no encontraba el coraje para pronunciar las siguientes palabras insistía a mis adentros que sería lo más correcto y similar a una despedida.
-¿Dónde está mi abuela?- busque con la mirada a Samuel quien suponía intentaría calmarse con la taza de café-: ¿Y Sam?
-Tu hermano está junto a tu abuela allá arriba.
Si mis nervios no hubiesen estado perfectamente controlados en el momento en que ella pronuncio precipitadamente la frase, hubiese caído en lágrimas de nuevo. Mi miedo se hubiese hecho realidad y me encontraría a merced del mundo. Lo único que aún tenía a mi lado era a Samuel…no quería perderlo por nada en el mundo.
-Es decir, acompaña a tu abuela- noto su error y su expresión se torno avergonzada.
-¿Podrías conducirme hasta la habitación, Maggie?
-Por supuesto… ¿Tu nombre es?- no había nada mal intencionado en los gestos de Maggie, era otra persona en la que podía confiar tranquilamente.
P.S: Si desean pueden escuchar la cancion que se reproduce de fondo. Fue la indicada para escribir el capitulo anterior :) - I'll Be Okay- Amanda Marshall.
Jime!!
ResponderEliminarDespues de todo Maggie es bien!, Me parece que Chuck deberia sentirte mas comoda con la ayuda, ya sabes aunque entiendo por que esta en un estado triste,:), mis condolencias a la apreciada Chuck. Siempre me dejas con la intrigaaaaa Jimee! Presiento que algo interesante va a suceder! Esperare con ansias el proximo post. Te Quieroooo!
Kary :)